martes, 18 de enero de 2011

Inmediatez en nuestras vidas

Reflexionando con mi hermana, teniendo esas rutinarias conversaciones acerca de la vida, cómo y por qué vivirla, surge la siguiente reflexión: ¿Hasta qué punto nos afecta la inmediatez de nuestras vidas? A que quiero apuntar con esto; estamos tan acostumbrados a que todo es instantáneo, todo se obtiene apenas se quiere, que nos está afectando cada vez más prontamente. Vivimos inmersos en un mundo que avanza día a día (lo que dicho sea de paso es bastante bueno) en el que todo se logra o se debiera lograr apenas se requiere, ponemos la comida en el microondas y en 3 minutos estará lista, si queremos algo, en cada esquina hay farmacias, tiendas y supermercados donde todo lo venden envasado y listo para utilizar, si extrañamos a alguien nos conectamos a facebook, msn, o un buen mensaje de texto basta para comunicarnos... Reitero, es bastante bueno vivir en un mundo así de avanzado, en donde nos debería quedar más tiempo y espacio para otras cosas más importantes, pero paradojalmente se da la situación a la inversa; cada vez contamos con menos tiempo para nosotros mismos y muchísimo menos para nuestro entorno próximo, y ni hablar del mundo en general. ¿Dónde queda el esfuerzo a largo plazo por obtener un logro? Es decir, "si 'x' persona no me da lo que quiero de aquí a mañana, me buscaré a otra", vivimos desechando lo "inútil" (tomando inútil como algo que no nos es útil, que por muy obvia que suene esta aclaración, hace falta destacar) sin darle espacio al esfuerzo más allá. Vivimos constantemente culpando al otro de nuestros fracasos y sin embargo si logramos algo, es por nuestra exclusiva responsabilidad. Hasta hace un tiempo se suponía que los jóvenes eramos los soñadores por excelencia, los sacrificados que se esforzaban por lograr sus ideales, pero resulta que está sucediendo que desde pequeños estamos fabricando niños amargados, que pretenden que su vida completa se dé en la inmediatez, no les estamos inculcando el valor de esforzarse, la importancia que tiene el equivocarse y saber asumirlo, con frases como "es mejor no esperar nada de nadie"... ¿Les estamos enseñando y estamos viviendo constantemente "esperando" que la vida pase, sin hacer nada? Constantemente predicamos que el mundo está como está, que debemos vivir en armonía y felicidad, que hay que lograr los sueños... ¿Que sueños lograremos si no nos estamos esforzando por conseguirlos? Sabemos que jugarsela por algo o alguien implica un riesgo alto de pérdida, pero humildemente creo que el haber tenido y perdido es muchísimo mejor que nunca haber tenido, ya que no se tiene la opción de estar sentado un día, esperando que la vida pase frente a nuestros ojos, cuestionándonos que hubiera pasado si... El perder implica sufrimiento, probablemente sí, pero ¿quién dijo que era malo? Todo esfuerzo, fructífero o no implica un crecimiento, un aprendizaje el cual sirve para lo que se viene. No estaría mal de vez en cuando predicar con el ejemplo y tomar las riendas del asunto, asumir que las cosas pasan por responsabilidad de uno y de los demás, que el resto y nosotros mismos somos ángeles y demonios al mismo tiempo, no nos estanquemos en la facilidad, encantémonos nuevamente con lo difícil y el esfuerzo, ya que las recompensas son siempre mejores, aunque no siempre se gane...



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